Los álguienes miran con lupa las distancias, caminan de puntas directo a San Julián cruzando pueblos entre el menos y el más, escriben sus historias con mate y malbec y rellenan con lágrima y sudor sus alfajores.
Malacaras que se pierden en su ancianidad, documentan sus despueses en la memoria: cuadros peculiares de simple risa en faz; se maquillan con sal y tiran sus palabras, carcajean con Bolaños desde su bombarda.
Rotos sus hermosos cerebros en sus cuevas derraman la soledad que habita sus grietas, fiesta de cabezas torcidas y cuello adolorido, percepciones a medias de lógica incompleta y sueños dormidos en sillones de escarcha.
Los álguienes admiran beldad de armaduras, sellan sus pieles contra garatusa y carantoña; tragos de cerveza entre sus luchas y desmanes: Klements que se esconden entre tucumanos, soluciones finales para la sangre de su sangre.
Este perfil es tierra sin árboles y llana, a veces pantanosa, situada generalmente entre montañas, del Mann in der Ebene.
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